31 de diciembre de 2015

¿Quousque tandem, Artur, abutere? ¿Hasta cuándo, Artur, abusarás de nuestra paciencia?


 
 
¿Quousque tandem, Artur, abutere
patientia nostra?

¿Hasta cuándo, Artur, abusarás de nuestra paciencia?

 
 

 Desde que recuperó la democracia y el autogobierno.


La sociedad catalana está más dividida que nunca: en las familias, en los bares y en los centros de trabajo se evita hablar de política para tener la fiesta en paz. Muchos catalanes de buena fe se avergüenzan de lo que está pasando en su país. El prestigio de sus instituciones está por los suelos. El mundo no comprende cómo uno de los territorios más cultos, prósperos y civilizados del mundo occidental se ha empeñado en ser Kosovo. Cataluña lleva más de dos años sin un Gobierno que merezca tal nombre, endeudada hasta las cejas, con unos servicios públicos abandonados y una Administración que no gestiona nada y solo se ocupa del proselitismo separatista. Las empresas hacen planes para salir de allí. Y salvo tamayazo de última hora, todo parece conducir a unas elecciones repetidas - ¿también plebiscitarias? - que no arreglarían nada y traerían la enésima derrota en las urnas de Arturo el Piantavotos y el fortalecimiento de ERC y la CUP.

Por cierto, es extraordinario -y nada tranquilizador- que un partido como Esquerra se haya convertido en el referente central del nacionalismo catalán. Cuando haya que negociar en España una reforma constitucional que encauce el problema territorial, se va a necesitar un interlocutor razonable del nacionalismo, y entonces todos vamos a echar de menos esa CiU que Artur Mas ha destrozado.

Y por si todo esto fuera poco, ahora resulta que el tema del referéndum de autodeterminación en Cataluña es un obstáculo esencial para formar una mayoría parlamentaria en España, que puede verse abocada también a una parálisis política seguida de repetición de las elecciones generales.

Si Mas consigue ser presidente, será en condiciones máximas de precariedad y debilidad política: un presidente autodescalificado y políticamente secuestrado. Y pase lo que pase a partir de ahora, se ha ganado ya un puesto en la parte más negra de la historia de Cataluña y de España.