9 de marzo de 2013

Educar, enseñar, Instruir y Formar


Educar, enseñar,  Instruir y Formar
 
 

Con bastante frecuencia, los términos enseñanza y educación se confunden hasta extremos tales que se usan indistintamente para señalar las funciones y obligaciones que conciernen exclusivamente a la escuela olvidando por completo a la familia, lo mismo sucede con instruir y formar. No obstante, conviene delimitar y definir competencias para que ambas locuciones sean usadas con propiedad y legitimidad.

Educar: Procede del latín “educare”. Tiene como finalidad el desarrollo de capacidades, destrezas y habilidades, la adquisición de conocimientos (conceptuales, procedimentales y actitudinales) y el aprendizaje de actitudes y valores para relacionarse del mejor modo posible con el entorno natural, social y cultural. Es decir, desarrollar las facultades intelectuales y morales de una persona.

 La educación implica el desarrollo de todas las capacidades de la persona y se realiza a lo largo de toda la vida. Los educadores no pueden educar, sin tener una idea de lo que han de pretender al hacerlo.

Platón considera que educar, es dar al cuerpo y al alma toda la perfección de que son posibles.

La persona, además de un ser individual, como decía Dewey, es un ser social. Por tanto, hemos de considerar la educación como un proceso social. Las personas se integran socialmente, a través de la educación, con la adquisición y asimilación de conocimientos, procedimientos y valores, que les permiten desenvolverse en ella y resolver sus problemas en su entorno vital.

 Durkeim define educación, entendida como la acción ejercida por los adultos sobre los jóvenes para que éstos se integren en la sociedad.

 Froebel, la define como la vía o el medio que conduce al hombre, ser inteligente, racional y consciente, a ejercitar, desarrollar y manifestar los elementos de la vida que posee en sí propio. La educación tiene por objeto formar al hombre para enseñarle la sabiduría propiamente dicha.

Según Delors en el informe de la UNESCO (1996) titulado “la educación encierra un tesoro” entiende que la educación ha de articularse en torno a cuatro ejes, denominados los cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser.

Enseñar: Etimológicamente significa mostrar algo. Proviene del latín “insignare”, señalar.

Actualmente desde una concepción institucional y sistemática, se entiende como enseñanza, al proceso de proyectar, dirigir, orientar, diagnosticar, desarrollar y evaluar las experiencias de aprendizaje de los alumnos y de la propia práctica docente.

También decir que la función de enseñar, se ha visto modificada a grandes rasgos, debido a que se ha producido un cambio social que conduce a un cambio en la función docente. De una educación de “élite” se ha pasado a una educación de masas con la aparición de nuevos problemas.

Como conclusión, decir que la educación es un proceso que se desarrolla a lo largo de toda la vida. Una parte importante de la educación son los procesos de enseñanza y de aprendizaje que se desarrollan en las aulas de todos los niveles y todas las modalidades de enseñanza formal y no formal.

La educación debe ser una formación a lo largo de toda la vida, es decir, una educación permanente.

Los diversos términos presentados anteriormente, los desarrollamos en un mismo plano, teniendo todos ellos relación. Es decir, pertenecerían al mismo proceso educativo y señalan una gradualidad.
Instruir: Éste, significa enseñar con efecto. Se puede entender por instrucción la integración ordenada de lo que enseña el educador con lo que aprende el educando.

Según Herbart, la instrucción debe fomentar el interés a través de la experiencia de las cosas naturales y de las relaciones con los seres humanos. El autor le da gran importancia a aquella persona que instruye en la formación de la persona.

La instrucción tiene  como misión construir desde fuera y por medio de estímulos externos la personalidad del niño. El papel más importante, pertenece al educador, que tiene como misión construir el espíritu infantil, una experiencia determinada; no actuar como si el niño tuviera ya experiencia sino cuidar de que la obtenga.
Formar: Proviene del latín “formare”.  La formación es la acción propia del educando  a favor de su realización personal. Una persona formada es aquella que ha puesto en orden todas sus experiencias y sabe tomar decisiones sobre lo que le conviene. También decir, que la formación debe y tiene que ser personalizada, teniendo en cuenta a cada persona, y debe ser un proceso de expresan el mismo nivel de profundidad, ni se dan juntos necesariamente. No siempre se llega a la perfección en el proceso educativo. Es decir, se puede enseñar o instruir sin educar ni formar, o también se puede enseñar, instruir y educar a una persona pero no llegar a formarla porque la formación depende de la propia persona. La formación exige más tiempo y una acción más continuada que los demás términos.

Con ello, decir que enseñaformación a lo largo de toda la vida que permita adquirir y actualizar conocimientos, destrezas, competencias, etc., en variedad de contextos de aprendizaje, tanto formal como no formal, para conseguir el máximo desarrollo de las capacidades personales y para el fomento de su participación activa en sociedad.



Pestalozzi, define que el hombre formado es obra de sí mismo, es decir, la formación solo puede entenderse como autoformación.

 Enseñar, educar, formar e instruir se integrarían en una misma labor, y con un mismo fin: lograr que todos los ciudadanos puedan recibir una educación de calidad.

También decir, que en los cuatro términos se da un ejercicio de las distintas facultades humanas, pero no r, educar, instruir y formar son pasos de un mismo proceso educativo. Un profesional de la educación, tendría que ser también maestro, educador, instructor y formador para llegar a ser un buen profesional competitivo. No solo transmite unos conocimientos o valores, sino que conduce al alumno a la adquisición de esos conocimientos o de esa virtud.
A partir de los términos enseñanza y aprendizaje, desarrollaríamos la instrucción y formación respectivamente, encaminando todo ello al plano de la educación.

Decir también que la enseñanza  se desarrolla a través de la instrucción en lo que entendemos el plano escolar o académico. El aprendizaje se desarrollaría a través de la formación de la persona, estos estarían en una dimensión personal, ya que dependen del individuo para entender la educación como un proceso que se desarrolla a lo largo de toda la vida.

La educación y formación  se encontrarían relacionadas en el ámbito político - social, recogido en nuestra Constitución de 6 de diciembre de 1978 en el artículo 27.2: “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana respecto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y deberes fundamentales”.

 Los cuatro términos, educación, enseñanza, instrucción y formación nos empapan desde el nacimiento hasta la muerte, según vamos absorbiendo de ellos vamos formando nuestra personalidad, y así unos queriendo y otros sin querer, rociamos a nuestros hijos con nuestros conocimientos.

En resumen, la enseñanza y la instrucción nos darán la información y los conocimientos para tener una capacitación profesional y un trabajo.

Y la educación y la formación nos darán las herramientas para manejar toda esta información, el problema radica que según tu “moral” puedes hacer tanto el bien como el mal.

Los padres tenemos la obligación de intentar buscar un equilibrio entre los cuatro términos  y así dar a nuestros hijos una buena educación y una buena formación.

 
J. Clemente

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