18 de noviembre de 2019

Los políticos actuales toda una desgracia para España




Los políticos actuales toda una desgracia para España




Nuestros políticos actuales, son toda una desgracia para España, Su egoísmo, su codicia y su desprecio a la democracia y a la política bien entendida, han convertido España en un país desolado y arruinado, minado por la corrupción y sin esperanza ni fe en el futuro.

El problema es que la nueva generación de políticos españoles, todos sin excepción, han entrado en una fase de hiperliderazgo exacerbado en el que lo primero que les importa es ellos mismos, después su partido político y, muy al final, los intereses generales del país.

Lean para convencerse el siguiente texto de don Benito Pérez Galdós, extraído del libro: La fe nacional y otros escritos sobre España, increíblemente escrito en 1912, que parece recién escrito y que refleja una España muy parecida a la actual.



Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el poder, son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos... Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria (...). No creo ni en los revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos (...) La España que aspira a un cambio radical y violento de la política se está quedando, a mi entender, tan anémica como la otra. Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis ética, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental.

Tendremos que esperar unos años más para que en este tiempo, si hay mucha suerte Los ciudadanos sepamos escoger mejor a nuestros dirigentes.



El país no se arregla ablando mal de nuestros malos políticos se arregla no votándolos

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