Pasaron 174 años y no estamos mejor
Retrato del marqués de Labrador, embajador español en el
Congreso de Viena
Carta del marqués del Labrador (Pedro Gómez Labrador) al duque de San Carlos en Paris a 18 de agosto de 1814
Es increíble que vamos bajando en el concepto de las
naciones. Yo no conozco forma de Gobierno mas monstruosa que la que acaba de restablecerse;
y con todos sus buenos deseos, S.M. no podrá sacar a la nación del abatimiento,
de la profunda miseria y de la bárbara ignorancia a que la han reducido esos
extraños medios de gobernar. ¡Triste nación y desgraciado soberano!
En este año que nos encontramos 2022, después de pasar 174
años estamos en el mismo punto de partida, cambiamos los actores y estamos
igual o peor.
España esta desunida, los dirigentes políticos son unos incompetentes,
torpes, mentirosos, sin principios ni moral, se les nota su falsedad, dicen
trabajar por el interés de los demás cuando se ve descaradamente que solo
trabajan para su interés particular.
Como prueba de ello nada mas que tienes que ver una sesión del
congreso (donde están representados todos los partidos políticos). Un hombre se
pone a hablar y no dice nada. Nadie le escucha…y después todo el mundo está en
desacuerdo. No me importa que un político no sepa hablar, lo que me preocupa es
que no sepa de lo que habla, tienen que leer lo que les ponen y lo leen sin
tener la más mínima idea de lo que dice.
Luego a votar, la mayoría no saben ni lo que van a votar, un
gesto del jefe del partido y todos como borregos a votar lo que diga el jefe,
para que se van a molestar en leer el orden del día o los asuntos que se van a
tratar, es absurdo perder el tiempo en ello, llega uno lee lo que le ponen en
el escrito y luego el jefe manda lo que tienen que votar.
La oposición de risa, el jefe hace un gesto y todos a patalear
luego a la hora de votar se repite el gesto y todos a votar en contra.
Que pena, pasaron 174 años y no sirvieron para nada, quizá comamos
mejor tenemos un coche el que lo tiene etc. Pero seguimos teniendo la bárbara
ignorancia a que la han reducido esos extraños medios de gobernar.
Alguien dijo: Las promesas que hicieron ayer los políticos son los impuestos de hoy