Así fue Davos
Alguien comentaba que, comparadas con las reuniones de Davos, las
de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) parecían una
convención de monjes tibetanos y no le faltaba parte de razón. El Foro
Económico Mundial ha crecido tanto en tamaño y espectacularidad que cada año se
parece más a un festival lleno de estrellas. De todo tipo: empresariales, universitarias,
políticas, económicas y, en esta ocasión, hasta la realeza del centro y norte
de Europa se han sumado al espectáculo.
Aunque, en realidad, las verdaderas estrellas de esta edición han
sido los gobernadores y los presidentes de los bancos centrales. “Ustedes son
nuestros nuevos héroes, los banqueros centrales son nuestros héroes y les
debemos estar agradecidos”, llegó a decir en un debate un entusiasta Anshu
Jain, co-consejero delegado de Deutsche Bank
El debate sobre el día después de la crisis y la retirada de los
estímulos no ha hecho más que empezar.
Algunas frases de la reunión:
“Los bancos centrales no deben suplir los errores de los
políticos”, advertía desde Davos la canciller Ángela Merkel.
“¡No se relajen!”, pidió ayer Christine Lagarde a los Gobiernos,
sobre todo europeos.
“La rentabilidad de la banca es un tema clave pero no el único.
Antes de la crisis el sector era muy grande, demasiado grande, y todavía lo
sigue siendo. Hay una parte muy importante de las operaciones financieras que
permanecen opacas y con productos muy complejos”, aseguraba Min Zhu,
vicepresidente del FMI, que recordó que el sector sigue representando el 66%
del PIB mundial.
“Los riesgos son aún muy elevados”, clamaba ayer Mark Carney la
estrella de todos los banqueros, ahora al frente del Banco de Canadá y a partir
del 1 de julio frente al Banco de Inglaterra.
“las actuales políticas apenas son una patada hacia delante. Salir
de la crisis haciendo más grande el problema no va a funcionar. Los bancos
centrales pueden comprar tiempo pero no fijar los problemas, apuntó. Estamos
viviendo a expensas de generaciones futuras. Estas políticas son insostenibles”,
dijo el antiguo presidente del Bundesbank, Axel Weber, tampoco ha dejado de ser
un halcón porque haya pasado al sector privado de la mano de UBS.
“Hay riesgo de que un abandono lento de esas medidas puedan crear
una nueva burbuja y provocar otra crisis. Hace diez años teníamos la receta de
Greenspan y ahora la de Bernanke, pero ¿cuáles son sus consecuencias a largo
plazo?”, según dijo Nouriel Roubini a puerta cerrada, comentaron algunos de los
asistentes al encuentro.
“Es verdad que navegamos
aguas desconocidas pero las medidas de relajación cuantitativa hasta el momento
han funcionado”, defendía el antiguo secretario del Tesoro de EE UU, Larry
Summers.
“La Bolsa es un juego de
suma cero, para ganar más que la media tienes que coger el dinero de aquellos
que se equivocan”. Dice Ray Dalio, Puro
darwinismo.
“no hay un solo mundo”, como apuntaba Ray Dalio, presidente de
Bridgewaters Associates, uno de los mayores fondos de inversión del mundo.
“Tenemos que ser modestos y reconocer que no sabemos qué nos
traerán estas políticas en el futuro”, admitía el gobernador del banco de
Italia, Ignazio Visco.
“Es muy fácil decir que hay riesgos pero alguien tiene que estar
detrás de las personas y de los Gobiernos. Si hubiera llevado al consejo del
banco la financiación de colaterales por 15.000 millones para Italia y España
quizás me hubieran dicho que no”, argumentaba Jamie Dimon, presidente y
consejero delegado de JPMorgan.
En resumen el debate monetario eclipsó los intentos del sector
financiero para defender las reformas emprendidas con la crisis.
La ultima perla:
"Puede
haber otra burbuja por el exceso de liquidez", dijo el presidente del
hedge fund Bridgewater, Ray
Dalio. Los amos del dinero no paran.
J.Clemente