La larga polémica del kilometraje en
Asturias
El
malestar de los trabajadores públicos por la
supresión de la extra de Navidad
acabó por desatar un
conflicto político
El Principado desembolsa al año más de 170.000 euros para dietas de
locomoción.
Las nóminas (mensual y extras) de los diputados están formadas por una
asignación base y otra para gastos de manutención y estancia y kilometraje.
El complemento de manutención y estancia asciende a 933,74 euros.
La locomoción se abona 360 días al año a razón de 0,1864011 euros por
kilómetro.
Los diputados facturan un millón de kilómetros al año,
por el desplazamiento de ida y vuelta a su casa.
Este pago repercute en las dos pagas extras. Los diputados que más
facturan por este concepto son Alfonso Román (PP) y María del Mar García y Juan
Ramón Campo, de Foro.
Las dietas de los diputados
autonómicos empezaron a estar en el ojo del huracán a finales del pasado año,
cuando los sindicatos de la función pública denunciaron que no pagaban
impuestos por más de un tercio de sus ingresos anuales, «todo un privilegio».
Era la respuesta de los empleados públicos a los recortes que acabaron
llevándose por delante su paga extra de diciembre.
El sistema de retribución
del Parlamento asturiano ya estaba «en crisis», según reconoció incluso el
presidente del Consejo Consultivo. También los expertos en derecho financiero y
tributario, consultados por LA NUEVA ESPAÑA, catalogaron de «dudoso» un sistema
que ahora será revisado por la Agencia Tributaria a instancias de USIPA, que
agradece expresamente «las aportaciones y las sugerencias realizadas por el
Conceyu por Otra Función Pública» y justifica la denuncia ante Hacienda en vez
de ir al Juzgado «porque estamos hartos de ganar sentencias y pleitos
judiciales en el Principado y de que nos den largas para cumplirlas».
Hace ya mucho tiempo que el ejercicio de la política se convirtió en un
nido de personas sin pasado profesional conocido y sin futuro alguno al margen de los cargos públicos. Los señores diputados
autonómicos cobran sueldos muy por encima de los que ofrece el mercado a
profesionales, teniendo en cuenta su dudosa cualificación. Además, tributan
sólo por una pequeña parte de sus ingresos y, para más inri, merced a los
escuálidos períodos de sesiones parlamentarias, se pasan no menos de cinco
meses al año de vacaciones. ¿Quién da más? Pero esto seguirá siendo así
mientras los ciudadanos les sigamos dando el voto y a cambio no les exijamos
nada; creo que con los últimos acontecimientos está más que demostrado la
camada de sinvergüenzas que tenemos por dirigentes; no olvidemos que, en cuanto
a moralidad, son todos parecidos, por no decir iguales.
J.Clemente
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