23 de enero de 2013

 

¿En España hay libertad de prensa?

¿La prensa de pago viviría sin subvenciones?

Me acabo de enterar de un escándalo que quiere pasar desapercibido: el Plan Renové de que goza la prensa de papel de pago, ¿y claro está porque medio me entere?, desde luego no por la prensa.

¡Cómo les gustaría a muchos empresarios que la Administración comprase hasta un 25% de sus productos!  Eso es lo que le ocurre a algunos periódicos.
 
  Para La Razón y Público, esas suscripciones, pagadas con dinero de los contribuyentes, supusieron en 2011 en torno al 25% de su tirada. Para El País, El Mundo y el ABC, más de 40.000 ejemplares. (En el caso de La Vanguardia, me han contado que cerca del 15% de su tirada corresponde a suscripciones de las  Administraciones catalanas.) Lo único divertido es que el   zetatubbi Roures, pese a semejantes regalos, no han sido capaces de evitar el concurso de acreedores.

¿Cuántas de estas suscripciones son de bibliotecas públicas y archivos, es decir, útiles de verdad, y cuántas de favor?

Si quitásemos de los datos de OJD los ejemplares correspondientes a intercambios con otros medios, regalos (en las puertas de las universidades se encuentran cientos de diarios de pago), suscripciones de las Administraciones para asilos, institutos y ministerios/consejerías/concejalías, ¿cuáles serían las cifras reales de ventas?
Me da la impresión de que los editores se niegan a aceptar que o cambian radicalmente la orientación de su producto o se quedan sin negocio. Yo estoy harto de ver estos días todos los casos de corrupción cuando todo el mundo sabe que la prensa ya hace años que lo sabían.

Todos sabemos, que cada vez que la prensa destapa algún caso detrás esta alguna mano negra y algún personaje interesado en ello, bien porque le beneficia,  porque le interesa desprestigiar al contrario, o al amigo del propio partido, o crear una cortina de humo en el momento propicio, todo ello me importan un comino, cuando en España hay una crisis brutal. Para algunos editores su supervivencia depende de los políticos de turno.

Ejemplo de ello es esta noticia: La Generalidad si tiene dinero para propaganda, 23,2 millones de euros en publicidad institucional.
En setiembre pasado, Artur Mas adjudico a dedo un contrato de dos millones de euros a la agencia de publicidad del Grupo Godo para la “inserción de capsulas y microespacios divulgativos de contenido informativo de interés general para la ciudadanía en 8TV, RAC1 y RAC105”, tres de las emisoras del grupo editor de La Vanguardia, en resumen, CIU regala dos millones de euros al Grupo Godo.

Hace solo unas semanas, el departamento de la Presidencia de la Generalidad repartió, también a dedo, otros 700.000 euros entre el diario El Punt Avui, el Grupo Flaix, y el diario Ara, tres medios independentistas que más subvenciones públicas han recibido en los últimos años.

Según las cuentas aprobadas por el Gobierno autonómico, en 2012 se destinaron 385,5 millones de euros a “medios de comunicación social”, ¿y la sanidad, y la educación, y los parados, que pasa con ellos?
Una vez más se demuestra que en España no existen verdaderas libertades, una vez más se demuestra que la prensa escrita y los grupos a los que pertenecen no son libres.
J.Clemente
 

 

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