30 de junio de 2013

LA ENDOGAMIA EL ENCHUFISMO Y EL NEPOTISMO


LA ENDOGAMIA EL ENCHUFISMO
Y EL NEPOTISMO
 

 
La economía española se hunde, los comercios y pymes se asfixian y los más de 6 millones de parados gritan desesperados por su situación, mientras la “casta” política de partidos y sindicatos que se mira en el espejo de la Casa Real, cuyos desmanes ocultan o alaban, solo se preocupa de garantizar sus sueldos, dietas, pagas extras, gastos y días libres a costa del erario público. Pero frente a la corrupción e insensibilidad generalizada de las élites y privilegiados, un grupo de funcionarios honrados y otro de investigadores españoles exiliados denuncian la principal lacra del Estado: el “enchufe” familiar.
Si algún día se realiza una investigación independiente en España sobre las “familias” que no han trabajado nunca en la esfera privada o jamás han emprendido nada por su cuenta y riesgo pero cuyos sueldos siempre han dependido del Estado, nos llevaríamos una sorpresa. La política, la banca, la universidad, la judicatura o el funcionariado emergen como entes predominantemente familiares. Esto ha llevado a un grupo de funcionarios honrados a difundir por todos los paneles públicos de la administración española un significativo cartel. 
Técnica y jurídicamente se llama “endogamia”, pero en la jerga popular se conoce como “enchufe”. Cuando éste se refiere a la propia familia se denomina “nepotismo” y en los países avanzados está considerado el más alto grado de corrupción administrativa y el mayor obstáculo para el desarrollo de la economía. Lo contrario es la “meritocracia”: el acceso a los puestos o cargos en función de los méritos, la transparencia y la igualdad de oportunidades. España es un país corrupto y atrasado porque las élites han favorecido la endogamia, el enchufismo y el nepotismo, en lugar de la transparencia. Los mejores y los más honrados se han apartado del poder o se han tenido que exiliar, cuando no están en el más puro o duro desempleo. Por contra, los más mediocres, los “listillos” y los avezados con menos escrúpulos o más desparpajo para mentir o delinquir, ocupan los puestos de la cadena de mando y han tejido sobre sí una red de complicidades y connivencias para amparar, cubrir y ocultar sus delitos y corrupciones.
Los funcionarios honrados que han emprendido esta campaña en la administración pública no quieren ser confundidos con los corruptos y han difundido un gráfico sobre empleados públicos y parentesco. Se trata de ayudar a descubrir a los familiares que han accedido a los puestos públicos o políticos con “primer”, “segundo” y hasta “tercer” y “cuarto” grado de la misma familia. Para identificarlos, hay que investigar apellidos y confirmar relaciones: primer grado serían los hijos, padres, nuera, yerno, padres y suegros. Es el más extendido en la administración.
No hay que perder de vista tampoco al segundo grado: nietos, hermanos, cuñados y abuelos, pues el nepotismo traspasa incluso las edades más dispares. Ayer desvelábamos el caso de la eurodiputada socialista Eider G. Rubial, nieta de Ramón Rubial y sorprendida en un caso de corrupción en el cobro fraudulento de las dietas del Parlamento Europeo. Porque una vez practicado el nepotismo, el delito es el hábitat común.
 

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