28 de noviembre de 2012

CALIDAD HUMANA


                      CALIDAD HUMANA



Muy poca gente habla hoy día de la calidad humana.

En esta época todos hablan de calidad de productos, de calidad de procesos, calidad de servicios, calidad en educación, calidad en enseñanza, calidad medica, calidad de sistemas etc.

Pero muy poca gente habla de calidad humana, de calidad de vida... sin ella, todo lo demás es apariencia sin fundamento.

Hablar de calidad humana es cuidar nuestros vínculos con los demás. Necesitamos rehacer nuestros vínculos humanos. De nada sirve trabajar de sol a sol en un lugar donde no tenemos amigos y llegar cansados a un hogar en el que nadie se interesa en saber cómo nos fue.

¿Para qué trabajar tanto si nos sentimos solos?
Es triste leer un libro y no tener alguien con quien comentarlo; es doloroso sentirse preocupado y no contar con una persona a quién abrirle el corazón.

De nada vale estar al frente de una cancha de tenis, de fútbol o frente a un juego de salón; si no tenemos con quién jugar, ni con quien disfrutar ese momento.

¿Para qué tener lo que no se puede compartir?

Ni las cosas, ni el dinero poseen valor intrínseco. El valor de lo material está en su aplicación, en el servicio a alguien más o la convivencia con alguien más.

La belleza de tener, está en compartir.

La magia de luchar por una prosperidad económica, estriba ni más ni menos, en poder ver sonreír a alguien a quien le damos el privilegio de disfrutar lo que ganamos.

Eso es parte de la naturaleza humana: dar, convivir, amar, servir ... ayudar ...

En muchas ocasiones estamos asustados, asustados de lo que tal vez no podemos hacer; asustados de lo que pensará la gente.

Permitimos que nuestros miedos se interpongan en nuestros sueños. Decimos no, cuando queremos decir sí.
Murmuramos, cuando queremos gritar,  y después ... después gritamos a quien no teníamos que hacerlo: ¿por qué?

Después de todo, cruzamos por esta vida una sola vez; no hay tiempo que perder, no hay tiempo para tener miedo.

Cuídate a ti mismo, vive libremente y no te impongas limitaciones, deja que tus ojos vean lo que ven, no lo que otros quieren que veas, deja que tus oídos oigan lo que oyen de forma natural, no lo que otros quieren que oigas, deja que tu boca exprese libremente los pensamientos de tu mente, y no te limites por la aprobación o desaprobación de los demás, deja que tu mente piense lo que quiere pensar y no permitas que otras personas dicten tus pensamientos.
Si no puedes pensar, tener sensaciones, sentir o actuar libremente, estas haciendo daño a tu cuerpo y a tu mente. Rompe las opresiones y vivirás y cultivaras la vida

Así que intenta... intenta aquello que no has hecho, arriésgate, participa en el maratón, haz esa cosa que creías que era una locura, escribe esa carta que llevas años esperando escribirla, enfréntate como ganador a las cosas cotidianas y empezaras a vivir de verdad.



El tiempo no regresa. No tienes nada que perder, y todo... ¡¡Todo que ganar !!

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