Los policías se sorprendieron al conocer que la persona a la que
detuvieron era el fiscal encargado de ese delito.
El fiscal anti prostitución de Estocolmo ha sido cazado con una prostituta
en un hotel en el centro de la ciudad. Un escuadrón de la policía había sido alertado y lo esperaba en la
escalera fuera de la habitación.
Los
oficiales se sorprendieron a conocer la identidad de la persona a la que
detenían, ya que se trataba del fiscal de turno al que debían denunciar el
delito. El hombre pagó 1.500 coronas, equivalente a 232 dólares, por mantener
relaciones sexuales según explica el diario sueco Expressen.
El acusado había encontrado el contacto de
la acompañante a través de su teléfono móvil en un viaje en tren, durante el
cual consumió vino y cerveza.
“Entonces
cometí el delito y fui encontrado por la policía” explica el fiscal al diario
Aftonbladet tras reconocer su crimen y haberse notificado el caso a la familia.
“Mi esposa me va a dejar, creo que me he
comportado como un cerdo, incluso mis amigos piensan lo mismo” dijo arrepentido
a medios de Suecia.
En Suecia, la
prostitución es ilegal desde 1999 y se insertó en el código criminal el 1 de
abril de 2005. En Estocolmo, ciudad de la jurisprudencia del acusado, las tasas
se habían reducido en dos tercios. El hombre dijo al
periódico que, dada su experiencia como fiscal, él sabe que "lo más
estúpido" que podría hacer sería mentir.
"He hecho lo que he hecho, estoy con los pantalones bajados. Lo
peor es lo que les he hecho a mi familia y amigos," dijo. Y yo que pensaba que
estas cosas sólo pasaban en países mediterráneos y ha sucedido en la muy
correcta y gélida Suecia. Los suecos ni mucho menos son perfectos y cuesta
mucho pillar a un pez gordo, pero cuando les pillan, o les detienen, se les
juzga se van y dimiten. Si fuera España se inventan miles de disculpas
peregrinas antes de dejar su puesto, se les dan otros trabajos, se les ofrecen
indultos...
La moral represiva fomenta los vicios. Los vicios son
hijos de las represiones.
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