Otro caso más de corrupción
El ex gerente de Emarsa, Esteban
Cuesta (PP), confiesa ante el juez el
saqueo de la depuradora de Valencia
- Admite haber cobrado 1,2 millones junto a Crespo, Morenilla y Bernácer
- Las comisiones se percibieron por hinchar el coste del tratamiento de lodos
- Dice haber entregado 20.000 euros anuales para pagar un acto del PP
Dos años después, el
ex gerente de Emarsa, Esteban Cuesta, uno de los principales imputados por el supuesto saqueo de la depuradora de Pinedo,
ha tirado de la manta. Cuesta ha admitido haberse llevado 1,2 millones de euros junto al ex alcalde
de Manises, Enrique Crespo, y dos ex altos cargos de Medio
Ambiente, Juan José Morenilla e Ignacio Bernácer, en una comparecencia sorpresa
ante el juez Vicente Ríos.
Según el testimonio
de Cuesta recogido por Las Provincias, fueron ellos quienes le expusieron cómo
operar: "Unas
empresas van a realizar las tareas de verdad y otras facturarán por la
diferencia".
El tratamiento de
lodos en la planta de Pinedo costaba mucho más que la media, 42 euros por
tonelada frente a 18. Todo un negocio en el que Notec (una de las firmas
encargadas del tratamiento) y el empresario José Ignacio Roca, en busca y captura, se
llevaban la mayor parte, siempre según el ex gerente.
Por hacer la vista
gorda, según ha relatado
al juez, Crespo, Morenilla, Bernácer y el propio Cuesta
recibían una gratificación. Según Cuesta, el ex alcalde de Manises y presidente
de la Emshi reconoció que estaban al tanto de otro.
En su comparecencia,
Cuesta revela varias
fórmulas de saqueo, que funcionaron en periodos distintos. La
primera, a través de tarjetas de crédito: "Sacamos unas cantidades con tarjetas de Servired a
nombre de Roca [el empresario fugado] en una cuenta de Caixa
Penedés, en Igualada. No podíamos superar los 1.000 euros al día. Yo tenía mi tarjeta
y Morenilla, Bernácer y Crespo tenían las suyas".
El segundo método
aún era más simple: "El
dinero lo transportaba yo en mi coche y se lo entregaba a cada uno por
separado". Al parecer, según ha apuntado, era Crespo quien
daba la orden de reparto. Los cuatro (Cuesta, Crespo, Morenilla y Bernácer)
pudieron llevarse 300.000 cada uno.
El tercer sistema
pasaba por desviar
fondos para supuestas obras y gastos de informáticas. Los
implicados en esta trama, según el testimonio del ex gerente de Emarsa, se
repartían 30.000 euros al semestre. Eran, además, de Cuesta, el ex director
financiero de Emarsa, Enrique Arnal, y Sebastián García, alias 'Chanín', ex
jefe de informática.
El que fuera
responsable de Emarsa también admite haber pagado facturas de restaurantes que
nada tenían que ver con la planta depuradora. Y en este punto señala al edil de
Hacienda del Ayuntamiento de Valencia, Silvestre
Senent, a quien confiesa haber abonado cada año 20.000 euros al
año entre 2005 y 2009 para sufragar el homenaje a los afiliados del PP en el
restaurante Alameda Palace.
Los sobresueldos que
destapo la pasada semana su secretaria, Marisol Gálvez sirvieron, según Cuesta, para acallar las
voces de aquellos que conocían las irregularidades de Emarsa.
En cualquier caso,
el ex gerente, enfermero de profesión (admite haber llegado a este cargo por su
buena relación con Crespo durante su etapa como alcalde pedáneo de Benimàmet) también trata de exculparse.
Dice que a su
llegada pretendió deshacerse de Arnal, Chanín e incluso Marisol Gálvez pero
renunció a ello: "Vi
que peligraba mi puesto si intentaba algo", ha admitido.
Después, supuestamente se sumó a la trama.
El "caso Emarsa
cumple dos años con 38 imputados y 102 tomos de diligencias.
José Juan Morenilla, y María Dolores Murillo amasó una pequeña
fortuna entre 2000 y 2010, los años en que el primero gestionó las depuradoras
de la Generalitat. Entre las propiedades adquiridas se encuentran tres
viviendas, cinco garajes, un solar urbano y 13 campos de naranjos.
La justicia en España es un cachondeo, la Justicia llega a medir
con varas muy distintas a la hora de dictar sentencias de acuerdo a quiénes
sean los protagonistas de los casos en los que interviene. Si eres un probé
diablo te meten en la cárcel por menos de una perrona, ahora bien a todos estos
chorizos de cuello alto, no, no tienen ni voluntad ni ganas de meter ni
siquiera a uno en la cárcel para dar ejemplo.
J.Clemente
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