¿SERA ESTO EL FUTURO?
“Empresas donde no existen
los jefes”
Estas cansado de obedecer
órdenes de forma automática, no cuestionarse las pautas de trabajo, no
contestar jamás la decisión de un superior, estás cansado de soportar las
técnicas de supervivencia básicas en una empresa corriente.
Es que no has tenido la
suerte de pertenecer al selecto club de las empresas sin jerarquía. Lugares
donde la organización no es vertical, sino horizontal y donde todo el mundo (y
a la vez nadie) es el jefe.
La cadena de supermercados
Whole Foods Market, es una de estas especies raras. Cada tienda «Whole Foods
Market» está gestionada por equipos de 12 personas que «se autodirigen». En el
establecimiento manda la democracia: cualquier decisión se vota a mano alzada.
Los equipos tienen también control sobre el presupuesto y las recompensas que reciben se
basan en el rendimiento del equipo en su conjunto. El fundador y presidente de
Whole Foods John Mackey explica en una entrevista a la revista Forbes que «los
seres humanos florecen mejor cuando están en grupos pequeños de personas que
conocen bien. Gente a la que quieren y en la que confían».
Es cierto que en
Whole Foods existen directivos, pero incluso su sueldo o las decisiones que
toman son objeto de examen y supervisión de todos los trabajadores de la
empresa. La transparencia y la organización horizontal son el secreto del éxito
de esta compañía. Mackey lo llama «gestión sin secretos».
Gore-Tex prácticamente desconocida en España,
es una de las 200 empresas privadas más grandes del mundo y uno de los mejores
lugares para trabajar según la mayoría de ránkings. «Desde que Bill Gore fundó la empresa en 1958, Gore ha
sido una organización basada en el trabajo en equipo y de entramado plano. No
hay organigramas tradicionales, no hay cadenas de mando, no hay canales de
comunicación predeterminados», explican fuentes de la compañía. En Gore-Tex se
fomenta la iniciativa personal.
Sin embargo, es cierto que es necesario alguna orden
de mando. En la empresa sin jerarquías existen altos cargos, pero no son
elegidos a dedo por las altas instancias de la empresa, sino que surgen por si
solos gracias a sus cualidades. «Pueden nombrarse líderes, pero los definirán
los compañeros», explican desde la empresa.
Los llamados patrocinadores (que no jefes) son
aquellos que coordinan y orientan la labor de los demás, asociados (que no
trabajadores). «Los líderes emergen de forma natural demostrando conocimientos,
habilidades o experiencias especiales».
Morning Star una de las empresas estadounidenses
que más han crecido en la época Obama. Es
una compañía localizada en California y dedicada a la fabricación de tomate en
lata.
Con un capital intensivo de 700 millones de dólares ha
registrado un crecimiento espectacular en los últimos años. Su secreto es ser
un grupo de 400 amigos, sin jefes, funciones asignadas o responsabilidades.
Como las otras empresas ya citadas, Morning Star funciona en un entramado plano
donde las decisiones se toman de igual a igual.
¿Es este un modelo posible?
La posibilidad de aplicar técnicas propias de las
democracias participativas en las empresas ha sido planteada por algunos
politólogos. La investigadora Carole Pateman abordó en «Workplace Democracy» la
necesidad de que los trabajadores sean ciudadanos con derechos y deberes en sus
empresas, al igual que lo son de sus Estados (si fuera así los españoles no quedaríamos precisamente
bien). Según Pateman «la participación no compromete la estabilidad democrática
sino que contribuye a reducir las tendencias antidemocráticas del individuo». Bachrach va más allá y afirma que «la
participación en la toma de decisiones en los lugares de trabajo aumenta la
eficiencia y la productividad» de los trabajadores.
Pero, ¿es posible que los trabajadores respondan por
el crecimiento de la empresa en un entorno sin una autoridad visible? ¿Podemos
confiar tanto en su buena disposición? ¿Cómo es posible que puedan
coordinarse entre sí, si nadie tiene la última palabra?
Ninguna de estas preguntas es fácil de responder. Lo
que parece que sí está demostrado es que las pocas empresas que han adoptado
este modelo están saliendo adelante con éxito.
Déjame pensar..., pero esto
no está vasado en el sistema libertario. ¡No gobierno, solo la responsabilidad
de los individuos!
JClemente
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