El sentido común, lo
conveniente y lo sensato
Dado que el «sentido
común» es un concepto abstracto, que no necesariamente implicará lo mismo para
una persona que para otra, yo apelo al pensamiento común, a la manera de
entender las cosas de la vida, de la sociedad y hasta del mundo en el que habitamos
como las entiende la supuesta mayoría. También
apelare de lo conveniente, de lo sensato.
Usando estos tres
conceptos (El sentido común, lo conveniente y lo sensato) queda suficientemente
demostrado que los hombres y mujeres que los dirigen en la actualidad y los que
nos dirigieron anteriormente, son en una gran mayoría unos ineptos.
Tenemos
en España a un personal en los cargos públicos que dejan mucho que desear, está
bien que el ministro de turno lo nombre el jefe de gobierno, pero de secretario
de Estado para bajo tendrían que ser personas altamente cualificadas y actas para
cada ministerio. Para estos cargos es más inteligente que acedan personas que hayan
demostrado anteriormente y sobradamente que son capaces de hacer funcionar su
departamento, que sean nombrados más por sus conocimientos y no nombrados a “dedo”.
En
Finlandia es raro que por ejemplo que un secretario de Estado sea designado por
un partido político. Al contrario, debe demostrar sus aptitudes para el puesto
en base a criterios de mérito y capacidad.
La
máxima expresión de este principio se encuentra en la administración local.
Excepto en la capital, Helsinki, no existen en Finlandia alcaldes como los
conocemos en España, si no «managers», o tecnócratas con amplia experiencia
administrativa. Estos gerentes no pertenecen a ningún partido y pueden ser
despedidos si no cumplen las expectativas del puesto.
¿Sera
esta una forma de usar el
sentido común, lo conveniente y lo sensato?
Los ciudadanos
españoles tenemos que estar mejor informados de las decisiones importantes que
tomen nuestros políticos, tenemos que estar informados tanto de las decisiones
que se tomen en Madrid como las que se tomen en la comunidad y el ayuntamiento.
De esa
manera los cargos políticos estarían más vigilados, abría una mejor
transparencia y las cosas funcionarían mejor.
Finlandia
cuenta con «un sistema de información transparente» que permite que cualquier
decisión que toma un cargo público sea inmediatamente conocida por sus ciudadanos
o que el primer ministro tenga la obligación de comparecer dos veces por semana
para explicar los asuntos del país y dar a conocer sus cuentas.
La
obligación finlandesa del desnudo fiscal se extiende también a los ciudadanos.
Desde los millonarios ingresos del CEO de Nokia, Stephen Elop, hasta la modesta
paga de un pensionista deben ser públicos y visibles.
El estado español a través de hacienda
sabe todo de cualquier ciudadano de a
pie, todo, y cuando digo todo es, todo y
quizá algo más que el propio ciudadano ignore, saben lo que ganas, lo que
gastas, los bienes que tengas, en resumen tienen una información mía exhaustiva.
¡Apliquemos
el
sentido común, lo conveniente y lo sensato!
¿Entonces porque yo
como ciudadano no sé lo que ganan ni lo que tienen los cargos públicos?, ¿Porque
no tienen el mismo desnudo fiscal que yo tengo?
Si supiéramos lo que un cargo público tiene cuando acede al
puesto y supiéramos lo que tiene cuando lo deja, es muy fácil hacer las cuentas
y cualquier ciudadano o fiscal honrado vería si hubo o no hubo lucro en su gestión.
JClemente
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