Los políticos se aburren en los plenos
Cosas que hacen sus señorías con el iPhone o el iPad que nosotros les pagamos en el escaño para matar el rato.
Si no quieres taza,
taza y media. Pocas cosas indignan más que ver cómo tus representantes políticos
se dedican a perder el tiempo en su trabajo. Por eso me cabreo tanto cuando veo
fotos de los fotógrafos parlamentarios, que a veces se ponen serios y practican el
temido género de las 'pilladas' a sus señorías.
Suponemos que los
plenos deben ser una cosa muy aburrida para los políticos porque sigue creciendo el número de ellos
que se ven 'cazados' jugando a alguna que otra aplicación con sus flamantes
tabletas y móviles.
Las hay antiguas,
recientes, inocentes, vergonzosas y a diputados y senadores de todos los
colores y todas las regiones. Las últimas, la de los representantes valencianos
cazados haciendo yoga y cortándose las uñas en su escaño. Pero hay más. La
socialista Lola Gay, la cazaron navegando en una Web de ropa interior durante
una sesión. La diputada Milagrosa Martínez del PP cazada con los apuntes de francés
en las cortes.
El último de ellos
ha sido Patxi López.
El ex lehendakari fue pillado el pasado día 22 de marzo por el periodista Iñaki
Larrañaga intentando descargarse un
juego durante un pleno en el Parlamento Vasco que discutía una moción de EH Bildu sobre la
'resolución del conflicto'. El juego en cuestión es The
Croods
El ex lehendakari no
está solo en su manera de 'matar' el tiempo. El pasado mes de diciembre, un
fotógrafo de El País cazo a de dos diputados del PP en la Asamblea de
Madrid, Bartolomé
González y María
Isabel Redondo, echándose unos 'vicios' al Apalabrados, un juego de formar
palabras similar al Scrabble y que necesita poca presentación.
A la ministra de
Empleo, Fátima Báñez,
no le cogieron en un pleno, pero también su 'don de la oportunidad' con otro
juego para móviles. En el mismo fin de semana que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy,
anunciaba el rescate europeo de la banca española, Báñez envió a su cuenta de
Twitter su récord en el juego de explotar burbujas Bubble Shooter Adventures.
José Antonio Monago, también envió a la red de 'microblogging' un récord, esta vez en
el juego Doodle Jump, un clásico de los títulos para móviles desde hace años,
en el que se controla a un marcianito que debe salta de plataforma en
plataforma para subir lo más arriba posible moviendo el teléfono.
Este fue el último
tweet de Monago, ya que también decidió dejar la red social tras la polémica
creada por su mensaje.
Pero no pensemos que
esta tendencia se ha generado desde que los 'Smartphone' se han popularizado en
los últimos años. Ya en 2009, dos años después del primer iPhone pero cuando
aún los diputados no recibían este tipo de dispositivos, había pioneros en la
Asamblea de Madrid que hacían sus pinos con 'sudokus' analógicos, crucigramas o
juegos de puzles algo toscos en una PDA.
Juegan desde el IPAD
o desde portátil que nosotros les hemos pagado. Que cinismo, que cara más dura,
que poco se valoran ellos y el trabajo que deberían realizar, digo deberían,
porque como se ve no lo realizan.
Tenía que ser despedido todo el que hace esto en horas de trabajo, máxime cuando tendrían que dar ejemplo de compromiso con el trabajo. Estoy convencida que no es un acto de un solo día, sino una práctica habitual. Viendo esto por lo que respecta al congreso, con 50 o 70 diputados van sobrados, el resto sobra, el resto despedidos. Hay que reducir escaños, o distritos unipersonales de pequeño tamaño y por mayoría absoluta, donde el candidato tenga que volver a rendir cuentas tras cada periodo legislativo. Y renovaciones de la mitad de la cámara cada dos años.
Tenía que ser despedido todo el que hace esto en horas de trabajo, máxime cuando tendrían que dar ejemplo de compromiso con el trabajo. Estoy convencida que no es un acto de un solo día, sino una práctica habitual. Viendo esto por lo que respecta al congreso, con 50 o 70 diputados van sobrados, el resto sobra, el resto despedidos. Hay que reducir escaños, o distritos unipersonales de pequeño tamaño y por mayoría absoluta, donde el candidato tenga que volver a rendir cuentas tras cada periodo legislativo. Y renovaciones de la mitad de la cámara cada dos años.
J Clemente
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