Un ave fénix llamada Kate Moss
Tras sobrevivir a escándalos y compañeras de generación,
Kate Moss celebra su cumpleaños profesional.
Hace dos años, Mario Testino visitó Madrid para presentar
'Todo o nada', su exposición en el Thyssen. A escasos metros de sus magníficos
retratos de modelos y estrellas de Hollywood, respondió a la pregunta más
difícil: ¿y si tuviese que elegir a una de aquellas mujeres? "Me quedo con
Kate Moss", respondió sin dudarlo. "Ha sido una de las personas que
más me ha influenciado. Por
su belleza, su sentido del humor... Es una de las líderes en esa individualidad [que
busco]", explicaba el fotógrafo peruano.Su cuerpo menudo (mide 1,70, poco frente a "esas glamazonas de dos metros", según ella misma) y ese rostro de ojos almendrados y boca perfecta -heredero por igual de la sensualidad adolescente de Brigitte Bardot y del aire extraterrestre de Penélope Tree- llevan cinco lustros acaparando portadas de revistas de moda... y tabloides.
De vuelta en Londres, la
adolescente Moss cogió el tren desde el suburbio de Croydon y se plantó en el
estudio de Ross.
"Era una chica
encantadora y dulce que parecía apabullada inicialmente,
supongo. Pero le dije que estaba genial y que realmente no tenía que hacer
nada. Pronto se relajó. El resto es historia...",
recuerda el fotógrafo en su web.
El 'resto' son 25 años de
carrera, que Moss celebra desnudándose en cuerpo y alma. La modelo que ha hecho del enigma su bandera ha
aprovechado su aniversario para hacer medidas confesiones a sus amigos Jess,
editado con motivo de su cumpleaños profesional y James Fox.
Además de la Moss reina de las fiestas -Hallet recuerda cómo la modelo improvisó una fiesta
en su suite, con Peter Gabriel al piano, tras un homenaje a Mandela en
Sudáfrica; Marc Jacobs todavía no se explica cómo la boda de Moss se convirtió
en cinco días de fiesta...-, por primera vez deja ver su cara vulnerable.
"Solía estar sola en aeropuertos todo el puto tiempo. Era tan
increíblemente solitario", cuenta a Hallet.
Hasta su primera portada
('The Face', 1990) pierde la alegría adolescente que transmitían las fotos de
Corinne Day: “ Corinne me hizo llorar (...)”. Esa foto mía corriendo por la
playa nunca la olvidaré, porque hice
al peluquero, que era el único hombre en la sesión, darse la vuelta",
recuerda la modelo en 'Vanity'.
Esas imágenes marcaron el
inicio de una nueva ola en la fotografía de moda. Posturas y posados naturales;
fuera glamour, fuera maquillaje... Así lo explica la propia Moss: "Había
esa especie de reacción violenta a todo ese glamour, todo eso de Versace. Recuerdo
que gente como Corinne [Day] y David Sims decían: 'Vamos a
cambiar la forma de ver las cosas de la gente, vamos a cambiar el mundo...'. Yo pensaba: 'No
seáis ridículos, es una foto de moda'. ¡Pero lo hicieron!". Y ella fue el
icono de aquel cambio.
Escándalos
La polémica
la acompañó desde entonces. "Pedofilia", dijeron sobre las fotos de
Day en las que Moss aparecía desnuda. Con su fichaje para Calvin Klein en 1992,
llegaría la etiqueta de "heroin chic" – “nunca he tomado heroína ni
he sido anoréxica”, ha aclarado ahora- y, con su agitada relación en 2005 con
el 'chico malo' Pete Doherty, la de "cocaine Kate".
Muchos pensaron que las
fotografías de Moss ante una raya de cocaína en el estudio de grabación de
Doherty eran el final de su carrera. Burberry, Chanel y H&M rompieron sus
contratos publicitarios. Pero Kate volvió con más contratos y más sueldo tras
pasar por rehabilitación.
"[Mi vena rebelde] ha
funcionado bien en ciertos aspectos, ¡pero no en otros! Me ha dado una especie
de fuerza", dice Moss, quien sin embargo elude aquel oscuro episodio en
ambas entrevistas. Hoy - casada y asentada con el rockero
Jamie Hince tras una agitada vida sentimental en la que
figuran Mario Sorrenti, Johnny Depp, Antony Langdon, Jake Chapman, Billy Zane,
Leonardo DiCaprio, Evan Dando y Jefferson Hack, padre de su única hija, Lila Grace, de 10 años-, ocupa el
segundo puesto en la lista de modelos mejor pagadas. Es imagen de Longchamp,
Mango, Rimmel y Vogue Eyewear y, desde 2007, diseña una línea para TopShop.
Sólo Gisele Bündchen supera sus 9,2 millones de dólares anuales (unos siete millones de euros). Moss es, de hecho, la
única superviviente de aquella generación de 'supermodelos' de los 90: la única
que sigue desfilando, creando tendencias y copando vallas publicitarias. ¿A qué
se debe el efecto Moss?
"Tiene una mente libre, desbordante y curiosa. A
Kate la he encontrado siempre fascinante", asegura Testino en el catálogo
de 'Todo o Nada'. "Era un lienzo en blanco",
rememora Ross. "Es una de las pocas personas que puede convertir el ser
modelo en un trabajo muy creativo", explica Fabien Baron, editor del libro
de Moss y responsable de su fichaje en Calvin Klein.
"Cuando hago fotos, no
pienso que soy yo. Me siento como otra persona. Sin duda, hay un entendimiento
entre el fotógrafo y la modelo sobre quién es la persona que estás intentando
crear", explica Moss en el libro, sobre el que, por cierto, advierte:
"No es una biografía. No quiero que sea una mirada atrás, porque todavía no me siento
acabada, aún no he terminado.
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